domingo, 25 de mayo de 2014

Dos mazazos que definieron la final



 Por David Férnandez


El resultado final puede hacer creer que el partido fue un paseo para el Real Madrid, y el Atlético un gatito asustado por el vértigo de verse tan arriba sin estar acostumbrado. Nada más lejos de la realidad. El Atlético salió con garra, presionando muy arriba al Madrid, persiguiendo la bola y robándola en muchas ocasiones. El Madrid por el contrario conseguía mantenerla la mayoría del tiempo pero se notaba incómodo. Así transcurrieron los primeros minutos, como un intercambio de golpes de unos a otros, sin dominador claro y sin ocasiones claras por parte de ningún equipo. A todo esto, en el minuto 9 de partido, una vez más, cayó lesionado Diego Costa. Lo del delantero, en mi opinión tiene 3 lecturas: la primera, las ganas insaciables de jugar y ser útil para su equipo, con la ilusión de hacer algo grande anteponiéndolo a su salud. La segunda, la que considero también egoísta puesto que si no estás al 100% debes hacerte a un lado y sentarte para dejar a otro compañero y hacerle más fácil el trabajo al entrenador. Y la tercera, la mano blanda de Simeone por querer alinear a la estrella del equipo cuando se le dio un plazo de recuperación de 15 días. En este pecado, Simeone no es el único que cae. Pero por ello, el Atlético de Madrid quemó uno de sus cambios demasiado pronto y que, posiblemente, le hubiese venido muy bien a su equipo en el tramo final del partido y que podría haber llevado la primera copa de Europa al Vicente Calderón.


 Volviendo al partido en sí, la primera parte, repito, transcurrió con emoción para ambos bandos. Bale tuvo en sus botas un par de grandísimas ocasiones que desaprovechó, tuvieron peligro hasta que disparó, ya que no fueron a portería. Los nervios iban y venían dependiendo de quién tuviese el balón. Hubo más de una buena combinación entre los jugadores de ambos equipos. En más de una ocasión la presión se la quitaban de encima de la mejor y más bonita forma: jugándola y combinando. Repito que esto ocurrió en ambas orillas. Con todo esto llegó una jugada a balón parado y una vez más en el Real Madrid apareció uno de sus puntos flacos: el balón aéreo. Ese que el Atlético de Madrid ha ido perfeccionando y que le ha dado tanto en estos años. Con esto, llegó el mazazo anímico para el Madrid, un tremendo fallo de Casillas que aprovechó Godín para quitarle el balón de la cabeza a Khedira y rebasar por arriba a Casillas que como se dice en español, "salió a por uvas". Iker intentó remediarlo a acto seguido pero  fue demasiado tarde. El Atlético mandaba en el marcador y el Madrid sufrió un revés que no merecía. No lo hubiese merecido ninguno de los equipos y menos de esa forma. Así el Madrid se quedó noqueado, incrédulo, nervioso e impreciso. Ahí empezó un dominio más claro de los colchoneros, que reinaban sobre los merengues. Y con ello llegó el descanso.


Tras el descanso Ancelotti movió ficha con Isco y Marcelo por Khedira y Coentrao. Esto cabría pensar que el Madrid saldría a morder pero siguió impreciso y, más que nada, ansioso. Cierto es que los cambios ayudaron y mucho. El Atlético continuaba presionando y corriendo como jabatos tras el balón y ahora el Madrid no conseguía sacarla en condiciones. Unos veían el paso del crono demasiado rápido y otros demasiado lento. Quizás por eso, Simeone sacó la peor cara de un entrenador, echarse atrás y hacerlo demasiado pronto. El Madrid se volvió a armar y el Atlético cedió todo el campo a buscar una contra que le diera el partido y su primer título de Champions. Quién sabe lo que hubiese ocurrido si hubiese seguido apretando. Particularmente, creo que hubiese ganado el partido. Sobre todo si prestamos atención a que el Real Madrid estaba anímicamente mal, Benzema y Cristiano desaparecidos y Bale impreciso. Salvo Ramos, Varane, Modric y los incorporados Marcelo e Isco, el Atlético manejaba el partido cerrado y con un grandísimo Villa como un incordio constante para la zaga y medular vikinga. Quizás necesitaba algún otro apoyo. Así transcurrió la segunda parte, el Madrid atacando y cada vez más nervioso aunque con el control del balón, porque el Atlético se lo cedió. Con todo esto, empezaron a sucederse las ocasiones para el conjunto blanco que, además, retiró a Benzema y sacó a un aguerrido Morata. El Atlético estaba cada vez más cerca del título, lo acariciaba y parecía que el recluirse atrás, renunciando al estilo Simeone, le valdría al equipo campeón de Liga. Pero, como suele suceder con los equipos no italianos y no acostumbrados a la defensa constante, ocurrió el fallo colchonero y Ramos saltó más que nadie para dar el empate en el minuto 93 de los 5 añadidos y desatar la locura vikinga, la desolación india y llevar el partido al prórroga. 


Esto me recordó a aquella final Manchester – Bayern de Munich. Cuando los alemanes ya se daban vencedores y fueron los vencidos. Hay gente que opina que el árbitro añadió mucho, yo pienso que añadió aquello que era justo y lo digo desde la objetividad. Cierto es que soy madridista, pero me molesta mucho la pérdida de tiempo que se ocasiona con casi cualquier roce, que también entiendo, pero que esos mismos que pierden tiempo deben mirarse así mismos y hacerse cargo de que se alargó más por su culpa. Y esto me parece igual de mal sea quien sea el que lo hace. La mejor forma de perder tiempo y la más noble es irse a la esquina y aguantar el balón y, si no se puede, mandarla lejos y recomponer filas.


Esto le falló al Atlético y el Madrid lo aprovechó de la mejor forma. Aunque podría no haber marcado, irse el balón de Ramos a cualquier lado. Pero, como dice nuestro rico idioma, "tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe". Este fue el segundo mazazo anímico de la noche. Esta vez más cruel. Repito que tal vez esto no hubiese ocurrido con un par de piernas frescas si Costa no hubiese saltado de inicio. Eso nunca se sabrá.
Con ello llegó la prórroga y ahí el Madrid sacó su poderío físico a pasear. El Atlético había estado presionando mucho y corriendo mucho durante los primeros 55 minutos. La defensa constante también es un desgaste enorme y se notó que las piernas estaban muy agotadas. Intentaron volver a su juego pero ya era tarde. El Atleti estaba realmente cansado y se le notaba. Y aquí es cuando gente como Di María, un auténtico quebradero de cabeza desde la segunda parte para el Atlético de Madrid, sacó su velocidad y clase. Hizo una galopada muy buena en la segunda parte de la prórroga que mereció el gol pero Courtois, grande como siempre, sacó el balón que quedó para que Bale, esta vez sí, saltara más que su marcador y marcó el 2-1. Ahí la resistencia que le quedaba al Atlético se hizo trizas y ya llegaron los goles de Marcelo y Cristiano, de penalti algo light pero que ya no era necesario ni definitivo. El Atlético había combatido enormemente en la final de Champions, privado del título por dos minutos. Esos minutos que fueron crueles para unos y merecidos para otros. Simeone puede aportar mucho al fútbol y lo ha demostrado, sólo le faltó en mi opinión ser más valiente con su sistema y con la estrella del equipo pero afortunadamente para el Atlético y la liga nacional, hay un tercer equipo dispuesto a dar guerra durante mucho tiempo. Y yo, repito que soy madridista, me alegro porque los indios me caen bien.



Finalmente, el Madrid levantó la décima y Casillas pudo respirar aliviado. Seguro que durante 60 minutos de su vida estuvo viendo cómo le señalaban las portadas del mundo como el culpable de perder la final. Quizás por eso le cubrió de besos a Ramos. Y no me extraña, yo también lo hubiese hecho. Para acabar quiero dedicar un aplauso a todos los Atléticos porque su equipo es una gran alternativa, dedicar el título a todos los madridistas y antimadridistas, desear suerte a los colchoneros y celebrar que la copa de Europa vuelve a su casa. 



2 comentarios:

  1. En primer lugar quería dar las gracias a nuestro colaborador por el excelente artículo realizado. A continuación, querría dejar claro que Juanfran desde que en un lance de la prórroga se dobló el tobillo con Morata, jugó cojísimo la final, siendo seria duda para el mundial inclusive, Simeone no estuvo rápido colocando allí a un jugador no lesionado, y los 3 goles de la prórroga llegaron por allí, el Madrid no sólo era superior en lo físico en el tiempo extra si no en lo mental tan importante en el fútbol siempre. El Atleti jugó con fuego en muchas acciones en la última media hora del partido y estoy de acuerdo con el autor del artículo que tanto jugar con fuego al final te quemas aunque sea en la última jugada y de penalty injusto si hubiera sido el caso, a veces la suerte te sonríe pero no siempre. Un equipo como el Atleti a pesar de que por encima de todo es un grupo, no tener a Arda Turan y Diego Costa sus dos máximas estrellas, en dos finales consecutivas, en el Nou Camp, jugaron 3/4 de partido también sin ellas, es un lujo que es muy díficil de tolerar. Desde el gol de Ramos lo demás fue la crónica de una muerte anunciada.. dónde o bien se llegaba a penaltys con mucha suerte o el Real Madrid tenía todas las de ganar. Enhorabuena a todos los madridistas amigos y enemigos anti atléticos y viceversa, la décima ya ha llegado. Me alegro porque Ancelotti le ha enseñado a Mourinho cómo se gana una Champions con estilo, sin polémica y en el primer año.

    Por último, me parece una falta de respeto lo que hizo Cristiano en el cuarto gol, el 4-1 a 2 minutos del final, si hubiera sido el 2-1 e incluso 3-1 lo hubiera entendido, aún más tras un partido salvado por gente como Ramos, Di María, Modric o Bale dónde él tuvo una discretísima actuación.

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  2. Fue una lástima por como paso, en la última jugada prácticamente. Pero es cierto que el At. Madrid se encerró atrás demasiado pronto. Y el Madrid este año ya ha remontado muchos partidos en los minutos finales porque tiene muchísima pegada.
    Si llegan 3 veces puede que no marquen, pero si llegan 5 es lo mas probable.
    Y de acuerdo con lo de Costa. Lo tendría que haber reservado.

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